jueves, 27 de marzo de 2008

M. Bafomet

a tí que elevaron tus plegarias en el polvo las estrellas
a tí
se vuelve aspirando la nada desde adentro
un huracán, una montaña de polvo, todas las dunas
fueron desechas por la magia;
un golpe a tus cuernos y volátil
ardí para siempre en llamas.

Mi corazón como reloj


Fui dando las puntadas del clavijero
rompiendo los huracanes de la nada
para encontrarme al otro lado del espejo
envuelta en una fragancia de ratas
saboreando el hueso azul de la miseria;
mañana no será lo mismo.
Mañana estaré perdida
como tú
que lees a regañadientes.