Las gotas que no sostienen mi mano me indican que no hay mar ni la sal se traspasa a mis labios ni la corrupción del tiempo hacen mella a mi desánimo. Acá estoy, alucinada en un estrecho canal de fantasías.
a tí que elevaron tus plegarias en el polvo las estrellas a tí se vuelve aspirando la nada desde adentro un huracán, una montaña de polvo, todas las dunas fueron desechas por la magia; un golpe a tus cuernos y volátil ardí para siempre en llamas.